miércoles, 8 de abril de 2009

KRYSTIAN LUPA

Nació en 1943. Licenciado por la Academia de Bellas Artes de Cracovia y graduado en dirección por la entonces Escuela Superior Nacional de Teatro de Cracovia.
En 1976 debuta con un taller basado en RZEŹNIA (EL MATADERO), de Mrożek, en el Teatro “Miniatura” de Cracovia. Para licenciarse escogió NADOBNISIE I KOCZKODANY (LAS GRACIOSAS Y LAS MONAS), de Stanisław Ignacy Witkiewicz, bien acogida por la crítica y el público. Después de obtener su diploma, marchó al Teatro “Norwid” de Jelenia Góra, donde como en un laboratorio dio forma a su propio estilo teatral.
Obtuvo reconocimiento por sus escenificaciones de Witkacy de aquel entonces y con la realización de PRZEZROCZYSTY POKÓJ (LA HABITACIÓN TRANSPARENTE) y KOLACJA (LA CENA). Desde el final de los años ochenta, se unió con el Teatro Viejo de Cracovia, donde ha llevado a cabo alguna de sus representaciones más notables.

Todavía durante la carrera, Lupa se relacionó con Konrad Swinarski y Tadeusz Kantor. Con Swinarski, cuando asistía a sus clases o iba a sus espectáculos. Con Kantor, cuando veía sus representaciones en Cracovia. "Para mí ha sido y es un acontecimiento psíquico el arte de Swinarski y Kantor. Y más exactamente WYZWOLENIE (LIBERACIÓN) y La clase muerta – reconoció Lupa.
De los dos maestros aprendió el trabajo con el actor y la lectura del texto. Sin embargo, a esa reinterpretación somete textos totalmente distintos de los de Swinarski.

Lupa está públicamente reconocido por su sobresaliente interpretación y adaptación de la literatura austriaca. Y verdaderamente, la obra de los escritores austriacos, especialmente la prosa del período modernista, ocupa en su teatro un lugar significativo. Lupa sobre todo extrae de ella el tema del hombre perdido en los tiempos de los grandes cambios, del final de un mundo y comienzo de otro sucesivo. Este director lleva a escena las grandes obras épicas El hombre sin atributos, de Robert Musil; Los sonámbulos, de Herman Broch; La calera y Extinción, de Thomas Bernhard. Escenificó asimismo IMMANUEL KANT y RODZEŃSTWO (LOS HERMANOS), de Bernhard; Las presidentes, de Werner Schwab; y ARTE de Yasmina Reza.

Las escenificaciones de Los sonámbulos, de Broch, y Los hermanos Karamázov, de Fiódor Dostoievski, fueron representadas con un gran éxito en el Teatro “Odeón” de París, el año 2000.
A Lupa le caracteriza la excepcional habilidad de su trabajo con el actor, escoge a los intérpretes, guiándose por el parecido de sus caracteres con los personajes. "Con la temática de sus funciones, Lupa –absolutamente consciente de ello– delimita el círculo de su público. Concibe el teatro como un lugar de iniciación, y con sus espectáculos quiere responder a un determinadísimo tipo de necesidades espirituales. (...) El teatro, que narra un comportamiento en la esfera de los contactos interhumanos, surge él mismo de tales 'comportamientos' y, en cualquier caso, de las relaciones cercanas y muy personales que hay entre el director y los actores." (Grzegorz Niziołek, Sobowtór i utopia: teatr Krystiana Lupy (El doble y la utopía: el teatro de Krystian Lupa)).

Lupa es también un maestro en la creación de una realidad escénica internamente coherente. Por regla general, él mismo traduce y adapta el texto, crea la escenografía y dirige sus propias obras, pero en las que incluso desempeña el papel de narrador.
Sin embargo, está lejos de la arbitrariedad en la dirección. "No me interesa un teatro entendido como el cumplimiento de la voluntad de las ideas del director. (...) El teatro opera sobre la norma de una sesión espiritista”– dijo en una entrevista para Tygodnik Powszechny. De donde parece que fluyan su extraordinaria unidad de expresión y las sucesivas ideas de sus espectáculos.

"El teatro de Lupa a menudo basa la fuerza de su propio testimonio en el mecanismo de la identificación. Incluso puede que no tanto con los personajes, con sus aspiraciones y su destino, sino ante todo con el tipo de sensibilidad que se encuentra en la base de la creación del mundo escénico. El teatro, que –contemplándolo desde la perspectiva de su creador– borra la frontera entre el arte y la vida, produce un efecto similar en el destinatario, en su propia influencia sobre el espectador. Aunque en los últimos espectáculos este mecanismo se ha visto muy alterado. (...) Por lo demás, el mismo Lupa parece apartarse cada vez más de esa influencia del arte, bien objetivando la imagen del mundo o bien enriqueciéndola fuertemente de un perceptible elemento de ironía, logrando a la vez un nuevo círculo de espectadores." (Grzegorz Niziołek, Sobowtór i utopia: teatr Krystiana Lupy. (El doble y la utopía: el teatro de Krystian Lupa)).

Premios más importantes:
1988 – Premio “K. Swinarski” por la dirección de Los alucinados, de Robert Musil, en el Teatro Viejo de Cracovia
1992 – Premio “L. Schiller” por sus sobresalientes logros en el campo de la dirección en el año 1991
1999 – Premio de los Críticos Franceses para Los sonámbulos, al mejor espectáculo en lengua extranjera en la temporada 1998-99

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