"Tenemos que aprender a soportarlo todo. Esto no tiene nada que ver con la humildad. Hasta nuestras deficiencias son dignas de amor. Y tenemos que ser siempre fieles a nosotros mismos, porque esto- podría decir únicamente esto- nos enriquece y fortifica nuestros esfuerzos y nuestras inquietudes por satisfacer unos hechos auténticos. Los momentos de éxtasis y las maldiciones tienen su lugar. Lo sé: así como la gratitud, la enfermedad y la trivialidad. De nuestros problemas nace la realización. Eso es todo"
Mary Wigman escribía estas palabras poco antes de morir.
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